Desde sus comienzos, las criptomonedas no se han destacado por mantener buenas relaciones con las autoridades, puesto que, al ser aún activos muy nuevos y, por ende, desconocidos por muchos, junto a ser más volátiles que una seguridad tradicional, lo cual, puede provocar pérdidas a los inversionistas mal informados y ser partícipes de una serie de estafas, es evidente que ha existido desconfianza de las autoridades y la sociedad en general.
Sin embargo, la tecnología Blockchain ha demostrado que, la transparencia de las criptomonedas trae por consecuencia seguridad y confianza a su usuarios, dado que, es un sistema estadísticamente incorruptible donde toda la información es de carácter pública. Si bien, existen mecanismos para ocultar ciertas características de las carteras digitales, está más que demostrado que este universo no es de carácter anónimo, por el contrario, es incluso más accesible la recopilación de información de cualquier tipo dado que toda está almacenada en el blockchain público.
Así, y con el transcurso del tiempo, donde las criptomonedas han tenido una secuencia de años para demostrar su valía y eventual maduración como una nueva clase de activos, fueron primero ciertos individuos con una gran visión del futuro que adquirieron estos activos, luego le siguieron el paso ciertas empresas, para finalmente ser objeto de uso tanto para instituciones como gobiernos.
De tal forma, las criptomonedas pasaron de ser vistos como un “esquema ponzi bien elaborado”, a ser un activo revolucionario que resuelve grandes problemáticas relativas a la justicia económica. No es coincidencia que, países como El Salvador lo hayan adoptado como divisa legal y, ahora, Cuba y Ucrania estén en el mismo proceso pero con el fin de adoptar y regular el uso de estos activos. Instituciones como la SEC (Securities and Exchange Commission de EEUU) están ampliando cada vez más el marco regulatorio para estos instrumentos, revelando una gran aceptación a estos. Ahora, son numerosos los ETFs (Exchange Traded Funds) transitando por distintos mercados bursátiles alrededor del mundo, incluyendo continentes como Sudamérica (Brasil) y la exposición a productos cripto es cada vez mayor en los portafolios de cada agente económico, ya sean personas naturales como firmas.
Todo este proceso, así como partió, es como una bola de nieve rodando colina abajo, donde cada vez más va agarrando más nieve para terminar en una gran avalancha positiva. En este caso, la avalancha va a ser cuando lleguemos a la adopción masiva, aceptándose esta nueva clase de activos en el mundo, revelando así que ya es muy tarde para darse cuenta de las únicas oportunidades que presentaron las criptomonedas.
Como pueden ver, todos quieren formar parte de esto, por lo tanto, ya estamos viendo los primeros indicios de regulación, las autoridades ya demostraron que sí tienen un interés genuino en las criptomonedas y su tecnología blockchain, incluyendo países como China que, a pesar de haberlas prohibido en 5 ocasiones distintas, están elaborando un proyecto de gobierno para ser considerados de acá a un horizonte temporal de 5 años como la capital blockchain a nivel mundial.
Las criptomonedas, vinieron para quedarse. Por ende, si ven escenarios regulatorios veanlo como noticias positivas, puesto que, acusa una aceptación de las autoridades y, si hoy en día con ciertos obstáculos regulatorios que tienen, están agrupando enormes cantidades de capital, sólo imagínense como se van a valuar estos instrumentos cuando las autoridades las acepten como una clase de activos legales en sus propios territorios.
Así, podemos concluir que, en realidad las regulaciones e intenciones de autoridades a involucrarse con las criptomonedas y sus tecnologías son sumamente positivas debido a que demuestra que, dada la iniciativa social de integrar estos instrumentos y respaldarlos como activos, hoy en día dichas iniciativas han crecido de forma tal, que pasaron de ser iniciativas individuales a iniciativas gubernamentales, donde si estos últimos agentes entran en el juego, las criptomonedas van a ser probablemente los próximos activos más valiosos del mundo. Solo es cuestión de tiempo…